GLORIA

El pasado viernes 6 de mayo teníamos algo especial que celebrar y por eso reservamos con muuuuuucha antelación una mesa, por supuesto para dos, en el famosísimo restaurante Gloria de Oviedo.

Curioseando por internet (siempre lo hacemos antes de ir) nos enteramos que recibe este nombre en memoria de la abuela de Nacho Manzano, dueño de este restaurante y de algunos otros, reconocidos con alguna que otra estrella Michelin.

Este cocinero es famoso por ser un fiel defensor de la gastronomía asturiana, lo cual puede comprobarse en su carta.

Se trata de un local moderno, un espacio agradable y acogedor el cual se encuentra en una de las calles céntricas de Oviedo, la calle Cervantes.

Os recomendamos que tengáis en cuenta que al ser una zona céntrica el encontrar aparcamiento puede llevaos un ratillo ;)

Para empezar, teníamos muy claro que queríamos probar uno de los plato estrella, la famosa Tortilla de patata de Nacho Manzano la cual viene acompañada con una ensalada… a nosotros nos encanto, pero... tenemos que decir, que si nos os gusta la tortilla poco hecha no deberíais pedirla. El sabor muy bueno, se notaba que los ingredientes eran de calidad, el tamaño... regulín.

Continuamos con unas Croquetas de Jamón, muy suaves y cremosas, deliciosas.

Y para terminar, nos decantamos por el Corte de Cerdo Ibérico, acompañado de berenjena y emulsión de Guindilla, la carne en su punto, muy agradable.

Para terminar, nosotros nunca nos quedamos sin postre... jejej elegimos una tarta de queso y galleta con dulce de membrillo, solo podemos decir, que el plato quedo limpio jajajjaja.

¿Nos ha gustado el GLORIA?

Si pero... No, buenos ingredientes y buen ambiente pero que justo una hora después de sentarte a cenar y tras hacer la reserva una semana antes dejándonos elegir el horario sin problema alguno, el camarero te invite muy amablemente a tomar un chupito en la barra para que dejes la mesa libre...

¿Qué respondimos? Pues que preferíamos la cuenta.

Nos parece un detalle muy feo, digno de un barucho de carretera. 
Es un sitio al que sin duda se podría llevar a alguien a cenar pero si esto es la tónica del servicio no lo recomendaríamos a menos que cenes a la velocidad de un perro hambriento.

Sería un detallazo que se indicase al hacer la reserva los minutos con los que se cuenta para cenar para así cronometrarnos antes en casa y ver si realmente nos merece la pena.

¡Nosotros por lo que pueda pasar ya hemos empezado a cronometrarnos, nos vemos el próximo miércoles!